Estrés y Ansiedad

Continuamente nos enfrentamos a demandas diarias que provienen tanto del medio interno como del externo. Si son adecuadas y asumibles fisiológicamente para el organismo, hablamos de estrés positivo, pero si las demandas del medio son excesivas, intensas y/o prolongadas, y superan la capacidad de resistencia y de adaptación del organismo, hablamos de estrés negativo, que, si se prolonga, puede provocar diferentes disfunciones en nuestro cuerpo.

Si el estrés continúa a pesar de que la demanda que lo generó ya ha desaparecido, es entonces cuando hablamos de ansiedad, que sería la respuesta emocional al estrés. La ansiedad es parte de nuestro ser y nos ayuda a vivir mejor. Es nuestra aliada en situaciones difíciles, ya que nos ayuda a reaccionar mejor y con más rapidez y reflejos, aumentando la posibilidad de evitar/solucionar un problema, pero, al igual que ocurre con el concepto de estrés, podemos diferenciar la ansiedad en positiva o negativa. Es positiva cuando nos hace reaccionar ante un peligro real o una situación novedosa, y es negativa cuando aparece en situaciones totalmente inocuas o cuando hay algo en juego y necesitamos actuar de una forma especial pero la ansiedad es desproporcionada. Éste es el tipo de ansiedad que entra en juego en los llamados trastornos de ansiedad cuyos síntomas pueden ser:

• Aparición súbita de miedo o terror acompañados de sentimientos de muerte inminente.
• Falta de aliento, palpitaciones, malestar torácico, sensación de asfixia, náuseas, escalofríos, sofocos, sensación de hormigueo.
• Miedo a volverse loco o a perder el control.
• Evitación de lugares o situaciones en las que es difícil escapar o donde sea imposible encontrar ayuda en el caso de que aparezcan los síntomas.
• Ansiedad como resultado de la exposición a situaciones u objetos temidos.
• Ansiedad ante situaciones sociales o actuaciones en público.
• Pensamientos, impulsos o imágenes recurrentes y persistentes que causan malestar y ansiedad.
• Comportamientos o actos mentales repetitivos que el individuo se ve obligado hacer para prevenir o reducir el malestar.